Después de tanto tiempo, me decidí a escribir algo. Tenía este espacio abandonado, polvoriento. El otro también está así. La verdad que sucedieron cosas en estos meses que me daban letra para contar, pero no comprendo la razón por la que no lo hice. Obviamente, ¡obviamente! conocí gente, que cambió mi vida. Y sí, conocer a alguien de la forma que sea, te la cambia.
Pero no. Chatear hace mal. Chatear avejenta, es gravísimo. Quiero dejar en claro que mi primer amor lo conocí chateando (aunque de amor mejor ni hablemos, no vayan a decir por ahí que soy una loser), y a dos de mis parejas oficiales las conocí a través de este método virtual de conversación.
Sólo mi última pareja me fue presentada por unos amigos, y estuve casi 4 años con él. Mis tres noviazgos terminaron, tanto sea para la mierda o por algún otro motivo. Primero y principal, una relación empieza y termina, conozcas a tu pareja en el mundo real o en el virtual. Desde ya, no estoy enviando ningún mensaje subliminal del tipo: "necesito urgente un marido". Estoy en una etapa de mi vida en la que estoy muy bien, y eso es lo que me importa.
Hasta el día de hoy sigo chateando, y me encanta. Me gusta hacerlo, aunque tiene una desventaja, y es más que obvia. Y aclaro, que si no quiero ir a bailar, no es porque prefiera mis "social chats", sino porque siento que ya salí una buena parte de mi vida, y hoy por hoy, para mí "salir" abarca desde una mateada con las amigas, hasta ir a ver un recital, que por si no se dieron cuenta, el boliche no es el único lugar para divertirse y ver gente.
A nadie le voy a decir "no hagas esto", "no vayas allá", "no hables con tal", "no te ilusiones", "no sueñes"...
Si hay algo que apoyo es la tolerancia, asíque soñá, ilusionate, hablá con quien quieras, andá a donde quieras, y hacé lo que quieras, pero por sobre todas las cosas, SÉ FELIZ DE LA FORMA EN QUE QUIERAS... Y NO ME ROMPAN!! (creo que no hace falta aclarar lo que no tienen que romper).
Turning off the lights to fall asleep... and wake up better.
jueves, 26 de agosto de 2010
domingo, 14 de febrero de 2010
Animarse a más... rechazos.
Acababa de llegar de viaje, uno de esos tantos viajes que me tocan hacer semana tras semana, y por alguna razón me sentía algo así como agotada. Y sí, viajar te agota, te cansa, ni que decir tratar con los pasajeros, algunos muy buenos, y otros que te dan ganas de abrir la claraboya y tirarlos al aire.
Incluso mi vieja, que me conoce como a la palma de su mano, intentaba sacarme el motivo de mi cara de orto, al cual respondí con: "lo que pasa que no tenía plata y...". Lo que realmente pasaba era otra cosa, otra cosa que me rondaba la cabeza, y fue suficiente para que venga a un ciber y encontrara en mi casilla lo que alguna vez iba a aparecer.
Breve resumen: La nena hizo la gran "animarse a más", escribió el bendito mail, tirándose a la pileta, hubiera o no agua. Y la respuesta era clara, justamente, como el agua.
Animarse, animarse a más, animarse a amar (no importa lo que pase), animarse a armar un mundo de a dos (por más difícil que sea), animarse y quedar estampada cual mosquito en la pared. Supongo que en este momento la frase que más me identifica es la última.
No vamos a entrar en detalles. Me dijo que no, con elegancia y porte, con hermosas palabras adornadas de guirnaldas de colores, me dijo que no. Y no aguanté las lágrimas, me vinieron solas, pero preparadas, como si ellas mismas supieran lo que mis ojos iban a leer.
Además de perder las esperanzas de que él me quiera aunque sea un poquito, acabo de perder un amigo, bueno, por decirlo de alguna manera. Es verdad, nunca lo quise como amigo. Lo adoré como al hombre que quería a mi lado, y por como soy, estaré varios días en stand by, porque lo seguiré queriendo. ¡Cómo olvidarme de tanta belleza!
A veces el impulso, los sentimientos, el corazón, apuntan para el lado equivocado y nos juegan en contra. Esta es la segunda vez que me pasa.
La verdad, estuve ahí de responder... hasta pienso en dejar pasar unos días para hacerlo finalmente. Ojalá supiera qué es lo correcto hacer y qué no. Me tiro por lo segundo... aún con dudas. Sólo por hacer valer mi orgullo.
Un saludo muy especial a San Valentín.
Incluso mi vieja, que me conoce como a la palma de su mano, intentaba sacarme el motivo de mi cara de orto, al cual respondí con: "lo que pasa que no tenía plata y...". Lo que realmente pasaba era otra cosa, otra cosa que me rondaba la cabeza, y fue suficiente para que venga a un ciber y encontrara en mi casilla lo que alguna vez iba a aparecer.
Breve resumen: La nena hizo la gran "animarse a más", escribió el bendito mail, tirándose a la pileta, hubiera o no agua. Y la respuesta era clara, justamente, como el agua.
Animarse, animarse a más, animarse a amar (no importa lo que pase), animarse a armar un mundo de a dos (por más difícil que sea), animarse y quedar estampada cual mosquito en la pared. Supongo que en este momento la frase que más me identifica es la última.
No vamos a entrar en detalles. Me dijo que no, con elegancia y porte, con hermosas palabras adornadas de guirnaldas de colores, me dijo que no. Y no aguanté las lágrimas, me vinieron solas, pero preparadas, como si ellas mismas supieran lo que mis ojos iban a leer.
Además de perder las esperanzas de que él me quiera aunque sea un poquito, acabo de perder un amigo, bueno, por decirlo de alguna manera. Es verdad, nunca lo quise como amigo. Lo adoré como al hombre que quería a mi lado, y por como soy, estaré varios días en stand by, porque lo seguiré queriendo. ¡Cómo olvidarme de tanta belleza!
A veces el impulso, los sentimientos, el corazón, apuntan para el lado equivocado y nos juegan en contra. Esta es la segunda vez que me pasa.
La verdad, estuve ahí de responder... hasta pienso en dejar pasar unos días para hacerlo finalmente. Ojalá supiera qué es lo correcto hacer y qué no. Me tiro por lo segundo... aún con dudas. Sólo por hacer valer mi orgullo.
Un saludo muy especial a San Valentín.
sábado, 23 de enero de 2010
Año nuevo, vida nueva...
Y si. Tenía que pasar de una vez por todas. Me "separé", y si bien nos "dimos un tiempo", me parece que no hay vuelta atrás. Y aquí la explicación de las comillas. Las primeras, debido a las segundas, o sea, no nos cortamos cara a cara, sino que nos dimos un tiempo, que, para mí, es cortar en forma educada, menos traumático, y una forma encubierta de decir que no va más.
No hace una semana de esto, y yo, hablando mal y pronto, no quiero volver. ¿Volver a qué? ¿A seguir con una relación, que no implique volver a su casa, ni siquiera para ir a visitarlo? ¿A seguir con alfajorgito de suegro? ¿A ver las mismas personas, con excepción de V y su familia, que los adoro y los voy a extrañar? ¿A empezar de cero, plantar de raíz los mismos planes, para que después ninguno haga nada, y la primera flor que salga se marchite en el momento?
No. No, no y no. Basta. Si nos remontamos al pasado, en total hace seis años y medio que estoy de novia. Porque, entre relación y relación, no hubo mas que un mes de luto; mientras yo tenía que asimilar el hecho de que la relación anterior había terminado, estaba en el comienzo de otra. No me di el debido tiempo que necesitaba para pensar en mí, en lo que realmente quería, y bueno, la ficha cayó tarde, pero cayó al fin.
Hoy con 27 pirulos encima, me doy cuenta que puedo hacer las cosas que me proponga, siempre y cuando conserve las ganas para hacerlas.
Me di cuenta que amo a otro, que está lejos, y que pienso todo el santo día en él. Y lo que es peor, no me animo a decírselo, porque no quiero perderlo como amigo, lo quiero muchisimo como para perderlo. Reza la letra de una canción: "They say one door closed is another door open, but this door is leading me straight to hell...". Sólo espero que no ocurra así.
Me di cuenta que estaba alargando demasiado mi partida, estirando una relación. Ojo, me apena muchísimo que así fuera, pero ¿para qué seguir juntos, cuando separados podríamos estar y sentirnos mucho mejor? El me dijo hace meses: "mi casa, mi familia y mis amigos están acá". Listo. Más claro, echale agua. Evidentemente, jugarse por mí no estaba dentro de su pilar.
Me doy cuenta que puedo recuperar esa parte de mí, esa parte perdida; porque me sentía descuidada, fea, demacrada, y podría seguir... Pero ahora, siento que puedo quererme, prestarme atención, cuidarme, y reír una y otra vez hablando y diciendo boludeces. Y creo que esa parte tiene un nombre: SEGURIDAD, y desde ya muchas formas y colores, y la única persona que puede hacer que esos colores se mantengan vivos soy yo, en mí está esa decisión, y aunque el reloj marque los 27, nunca es tarde para tomarla.
No hace una semana de esto, y yo, hablando mal y pronto, no quiero volver. ¿Volver a qué? ¿A seguir con una relación, que no implique volver a su casa, ni siquiera para ir a visitarlo? ¿A seguir con alfajorgito de suegro? ¿A ver las mismas personas, con excepción de V y su familia, que los adoro y los voy a extrañar? ¿A empezar de cero, plantar de raíz los mismos planes, para que después ninguno haga nada, y la primera flor que salga se marchite en el momento?
No. No, no y no. Basta. Si nos remontamos al pasado, en total hace seis años y medio que estoy de novia. Porque, entre relación y relación, no hubo mas que un mes de luto; mientras yo tenía que asimilar el hecho de que la relación anterior había terminado, estaba en el comienzo de otra. No me di el debido tiempo que necesitaba para pensar en mí, en lo que realmente quería, y bueno, la ficha cayó tarde, pero cayó al fin.
Hoy con 27 pirulos encima, me doy cuenta que puedo hacer las cosas que me proponga, siempre y cuando conserve las ganas para hacerlas.
Me di cuenta que amo a otro, que está lejos, y que pienso todo el santo día en él. Y lo que es peor, no me animo a decírselo, porque no quiero perderlo como amigo, lo quiero muchisimo como para perderlo. Reza la letra de una canción: "They say one door closed is another door open, but this door is leading me straight to hell...". Sólo espero que no ocurra así.
Me di cuenta que estaba alargando demasiado mi partida, estirando una relación. Ojo, me apena muchísimo que así fuera, pero ¿para qué seguir juntos, cuando separados podríamos estar y sentirnos mucho mejor? El me dijo hace meses: "mi casa, mi familia y mis amigos están acá". Listo. Más claro, echale agua. Evidentemente, jugarse por mí no estaba dentro de su pilar.
Me doy cuenta que puedo recuperar esa parte de mí, esa parte perdida; porque me sentía descuidada, fea, demacrada, y podría seguir... Pero ahora, siento que puedo quererme, prestarme atención, cuidarme, y reír una y otra vez hablando y diciendo boludeces. Y creo que esa parte tiene un nombre: SEGURIDAD, y desde ya muchas formas y colores, y la única persona que puede hacer que esos colores se mantengan vivos soy yo, en mí está esa decisión, y aunque el reloj marque los 27, nunca es tarde para tomarla.
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